¿Cuándo vale la pena arreglar la encuadernación de un libro?

Los libros encierran la cultura y conocimiento de la civilización, por lo que son parte de nuestro acervo. Las personas suelen desarrollar lazos de afecto con sus libros favoritos, ya sea por la historia que cuentan o por los recuerdos que traen al disfrutar de su lectura.

Es frecuente que un libro reciba un uso intensivo, principalmente en bibliotecas públicas o en tu hogar, cuando es releído con frecuencia. Por tanto, la encuadernación suele sufrir daños, que ponen en peligro la integridad del ejemplar.

Algunas veces se trata de problemas estéticos, mientras que otros casos son más graves y pueden llevar a que se pierdan páginas o todo el contenido. Conoce en qué circunstancia vale la pena arreglar la encuadernación de un libro y la mejor manera de hacerlo.

¿Cuándo vale la pena arreglar la encuadernación de un libro?

Esto va a depender del valor que tenga el ejemplar para su propietario, pero generalmente si vale la pena hacerlo. De hecho, en las bibliotecas públicas, una de las labores rutinarias es la revisión de los libros y su reparación cuando tienen algunos daños.

Cuando se trata de ediciones especiales o únicas, el valor del libro tiene mucho que ver con su conservación y aspecto general. En estos casos, lo más recomendable es acudir a expertos en reparación, a fin de que mantenga las características originales de la encuadernación.

También, vale la pena arreglar la encuadernación en libros que van pasando de generación en generación en una familia. Por ejemplo, un libro de cuentos infantiles para dormir, que va pasando entre los hermanos o de padres a hijos, ya que forma parte de las tradiciones familiares.

Los libros de texto que reutilizan varios estudiantes, deberían ser reparados al momento de sufrir algún desperfecto. Así, más personas podrán utilizarlos en el tiempo y se hace un uso eficiente de estos recursos de formación.

¿Qué tipos de daños puede presentar la encuadernación de un libro?

Nos encontramos en la era digital y muchas personas, particularmente las nuevas generaciones, utilizan estos entornos para la lectura. Sin embargo, los libros de papel no pierden vigencia, por la sensación particular que se tiene al pasar sus páginas y hasta el aroma que tienen.

Por esto, se siguen produciendo ediciones físicas de la mayoría de las obras, las cuales pueden sufrir alteraciones en la cubierta, por la acción de distintos factores:

• El papel está compuesto principalmente de celulosa, un material que se va degradando con el tiempo y la acción de distintos agentes químicos.
• Cuando los libros están expuestos a condiciones de alta humedad y temperatura, son atacados por bacterias y hongos, los cuales destruyen el papel.
• La exposición a la luz, la humedad y el calor, provocan distintas reacciones químicas, que llevan a la decoloración, aparición de manchas o abultamiento en las encuadernaciones.
• Cuando los libros tienen uso intensivo, es frecuente que ocurran accidentes por una mala manipulación, llevando a roturas, manchas y desprendimiento de la encuadernación.

Así, la encuadernación puede sufrir diferentes tipos de daños, que se resuelven con técnicas acordes a la zona del libro afectada, siendo los más comunes:

Daños menores a la encuadernación

Los daños han afectado el aspecto exterior, pero la encuadernación no tiene que ser desmontada y el interior se encuentra en buenas condiciones:

• Si hay acumulación de suciedad o rayas en la parte exterior de la encuadernación, es posible usar gomas de distintos grosores para eliminarlo.
• Cuando hay manchas o rayas de tinta, se aplica alcohol con un hisopo para que se disuelvan. Esto va a depender del material de la encuadernación.
• Las manchas de grasa se tratan con químicos especiales, que no son absorbidos por la encuadernación.
• Si el ejemplar ha sufrido daños externos por microorganismos, es necesario usar un agente desinfectante.
• Para manchas de humedad, se puede tratar la encuadernación con papel secante, a fin de absorberla.
• En el caso de haber colocado cubiertas adhesivas para proteger las tapas, es frecuente que se dañen y sufran procesos de oxidación. Hay que eliminarlos retirando las tiras adhesivas o humedeciendo la superficie con un hisopo humedecido en un solvente (alcohol o acetona).

Daños mayores en la encuadernación de un libro

Los problemas más graves se presentan cuando se ha afectado tanto el exterior como interior del libro, ya sea por desprendimiento de las hojas o rotura de las tapas. Desde NegociosyEmpresa nos brindan algunos consejos para arreglar la encuadernación en estos casos:

• En algunos casos, las páginas se desprenden individualmente del lomo del libro. Para arreglarlo, es necesario aplicar adhesivos especiales (sin ácido) en la parte interna del lomo e insertar las hojas en su posición correcta.
• Cuando las tapas se han dañado o desprendido, hay que primero desencuadernar el libro, con la finalidad de proteger las páginas impresas. Según la gravedad del daño, la cubierta deberá ser sustituida o se deberá pegar o coser nuevamente, cuidando que las hojas se encuentren en el orden correcto.
• Los libros con cubierta de tapa dura, generalmente se deben despegar y liberar las costuras. Luego de hacer las reparaciones, es importante volver a coser para mantener la integridad del ejemplar.
• Las hojas que se hayan rasgado, pero el contenido es legible, se pueden pegar usando distintos materiales como adhesivos transparentes.
• Si una página ha sufrido un gran daño y es imposible leer el material, hay que fotocopiar de otro ejemplar y sustituir completamente.