Datos curiosos sobre los cartuchos de impresora que te sorprenderán

Hoy en día, el mundo virtual lo invade todo, potenciando la productividad humana a niveles jamás pensados.

Esto se basa en un alto nivel tecnológico que tiene como centro el ordenador. El cual, a su vez, se apoya en una serie otros equipos y periféricos para cumplir su tarea.

Entre estos equipos están las impresoras, que le dan expresión física a aquellos documentos para los que no es suficiente su existencia virtual. Afortunadamente, la tecnología ha llevado la posibilidad de imprimir textos y fotografías hasta las oficinas y hogares.

En este contexto, el insumo fundamental es la tinta para la impresión, la cual es el consumible más costoso en este proceso.

Esta tinta es provista en los llamados cartuchos de impresora, unos artilugios que han evolucionado desde su creación allá por los años 80 del siglo pasado.

Veamos algunos datos curiosos respecto a estos pequeños contenedores que portan la tinta que hace posible plasmar en papel aquello que editamos en nuestro ordenador.

Un invento de los 80

Tal como ya te mencione, no fue hasta 1984 cuando se popularizó el uso de la tecnología del cartucho de tinta para equipos de impresión.

Los tóneres que se usaban hasta ese momento eran más costosos y difíciles de cargar y utilizar. Esto hizo más eficiente y limpio el trabajo de impresión.

Desde entonces, los cartuchos de impresora no han dejado de evolucionar y diversificarse, existiendo hoy una gran variedad de ellos, a precios mucho más asequibles que aquellos primeros modelos.

El cartucho de tinta

El cartucho de impresora no es más que un pequeño contenedor especializado, con una carcasa dura, que se inserta en la impresora y consta de uno o más depósitos de tinta, con un sistema para suministrarla a la máquina.

Dependiendo del fabricante y el modelo de impresora para el que están diseñados, pueden ser cartuchos independientes para cada color o incluir varios colores. Pueden ser cartuchos de tinta o de tóner.

Los colores más comunes son el negro, de hecho hay impresoras que imprimen únicamente en este color, luego, el cian, el magenta y el amarillo. Mientras que las impresoras fotográficas suelen incorporar también variantes como el light cian y el light magenta.

Igualmente, incorporan un chip y contactos electrónicos que permiten su comunicación con la impresora. No se trata de piezas estandarizadas, ya que cada modelo varía en forma y tamaño, para adaptarse a la impresora para la que fueron diseñados.

Además, algunas marcas incorporan un cabezal que calienta la tinta y general microgotas, para facilitar su inyección y el proceso de impresión.

¿Cómo se adhiere la tinta al papel?

La tinta contenida en el cartucho está hecha a base de agua o solventes especiales y se adhiere al papel, bien sea por presión o por capilaridad.

En el primer caso, las microgotas de tinta, impulsadas por inyectores microscópicos, son absorbidas por el papel, siendo de gran relevancia la calidad del papel para lograr una buena impresión.

Tipos de cartuchos

Los cartuchos de impresora se pueden clasificar según distintos criterios, de manera que podemos hablar de cartuchos monocolores o de cartuchos múltiples.

Hay impresoras que emplean un cartucho para el color negro y otro que incluye los tres colores básicos.

Sin embargo, estos modelos tienen el inconveniente de que si la tinta de los tres colores del cartucho múltiple no se consume por igual, te verás en la necesidad de cambiar el cartucho, habiéndose agotado únicamente uno o dos de los depósitos.

Por tanto, son más eficientes los modelos que emplean cartuchos independientes por cada color.

Por otro lado, según el origen, existen cartuchos originales, cartuchos compatibles y cartuchos remanufacturados.

Cartuchos originales

Estos son los cartuchos llamados OEM, por las siglas en inglés para Fabricante de productos originales. Es decir, son producidos por un fabricante concreto de impresoras, como cartucho especialmente diseñado para dicho modelo de máquina.

Sin duda, la ventaja de este tipo de cartucho es que se garantiza 100% su compatibilidad y la calidad de su funcionamiento. Su contra es su mayor precio respecto a los tipos de cartucho señalados más adelante.

Cartuchos compatibles

Estos son cartuchos fabricados por compañías distintas a los fabricantes originales de la impresora, para ser utilizados en una gama de modelos.

Circulan muchos mitos sobre los cartuchos compatibles, tal como detalla el interesante diario on line, NoticiasSalamanca.

Claro está que existe una amplia variedad de ofertas y calidades de este tipo de cartuchos. Sin embargo, existen compañías que ofrecen productos de alta calidad y que garantizan la compatibilidad con el modelo para el que se ofrece el cartucho.

Aunque ha sido cuestionada su calidad, la verdad es que las marcas reconocidas han avanzado mucho en tecnología y ofrecen cartuchos que no tienen nada que envidiar a los originales.

Tampoco afectan la garantía de la impresora, ya que la normativa europea señala taxativamente que no puede extinguirse la garantía por el uso de insumos de otro fabricante.

Adicionalmente, tienen la ventaja de ser mucho más económicos que los originales, llegando a representar hasta un 60% de ahorro. Eso sí, cuídate de buscar la certificación ISO 9001 en la etiqueta del cartucho.

Cartuchos remanufacturados

Se trata de cartuchos que ya han sido utilizados, los cuales son reciclados. Para ellos se sustituyen piezas de ser necesario, se someten a un proceso de limpieza, se perforan y rellenan con tinta y se sellan.

Son los llamados cartuchos recargables, una alternativa ecológica, dada su contribución a disminuir la huella ecológica, especialmente la basura electrónica que día a día contamina el planeta.

Por otro lado, son más económicos que los cartuchos originales, aunque debes garantizar proveerte con un fabricante reconocido, ya que la calidad de la tinta varía enormemente.

Rentabilidad de los cartuchos

Sin duda, establecer qué cartucho es el más rentable depende de muchos factores, no solo de su relación calidad precio.

También debes considerar para qué emplearás tu impresora, promedio de impresiones que sacarás por semana o por mes. De igual forma, si básicamente requieres imprimir textos en negro o necesitas el color.

Un caso especial es si requieres imprimir fotografías o imágenes y la calidad requerida según su finalidad.

En función de esto, toma en cuenta que si requerirás más de 2.000 impresiones al año, lo más rentable son las impresoras láser que funcionan con cartuchos de tóner.

Por el contrario, si necesitas imprimir en color, pero, en un número más reducido de impresiones promedio, mejor optar por impresoras de inyección de tinta.

Aunque el cartucho de tóner es más costoso por unidad, es más rentable, sobre todo para impresiones en negro de calidad normal.

Hay cartuchos capaces de rendir hasta 10.000 impresiones en solo texto. Si se trata de imágenes a color, el rendimiento se reduce a 500 impresiones.

En tanto que un cartucho de inyección de tinta rendirá únicamente entre 120 y 190 páginas de texto en calidad normal.