Alternativas a la financiación tradicional de los bancos
La crisis financiera que sacude al mundo ha hecho que muchas empresas, particularmente medianas y pequeñas, busquen distintas alternativas de financiación. Esto porque los programas crediticios de los bancos tienen mayores restricciones y su obtención puede ser lenta.
Es por esto que en los últimos años han venido surgiendo nuevas formas de financiación que aprovechan las tecnologías online disponibles. Solo en España se estima que la financiación alternativa creció un 17% en el 2019.
Se entiende a la financiación alternativa como aquel grupo de fuentes de financiación que son independientes de la banca y otros mercados tradicionales. Teniendo la ventaja de tener costes muy competitivos y una gran flexibilidad.
Actualmente existen diversas posibilidades de financiación a la de la banca, entre las que destacan las siguientes:
Algunas entidades financieras no bancarias pueden otorgar créditos a pequeñas empresas para promover su crecimiento, como podemos leer en este artículo de TheLuxonomist. No obstante, se debe revisar con cuidado las condiciones de los mismos, porque en ocasiones los intereses para el pago suelen ser excesivos.
Como puedes apreciar, en la actualidad las empresas cuentan con distintas alternativas diferentes a la banca para obtener financiación. Sin embargo, en algunos casos no existen suficientes regulaciones por lo que algunas de estas inversiones pueden implicar altos riesgos.
En este caso consiste en un sistema de préstamos provenientes de particulares y/o empresas que se reúnen en plataformas digitales. Los integrantes de la plataforma prestan a la empresa pequeñas cantidades a cambio de recibir una compensación por su inversión, según lo establecido en un contrato.
Además, hay otras modalidades como el Equity Crowdlending donde los inversores realizan préstamos a cambio de participaciones en la empresa. Igualmente, se busca una compensación por prestación de servicio o se realizan aportaciones como donaciones a proyectos sociales.
También conocido como inversor de proximidad, se trata de personas que suelen invertir en empresas nuevas, además de aportar su experiencia y contactos en el área. Como compensación esperan rentabilizar su inversión una vez que la empresa produce ganancias.
Estas personas suelen invertir capitales entre los 50.000 a 500.000 euros y realizan un contrato con la empresa, donde se establecen las condiciones de la financiación. En general, los Business Angel son expertos en el área donde invierten y en muchos casos establecen cláusulas de exclusividad para cuidar su inversión.
En este caso los inversores aportan capital a empresas que tienen un alto potencial de crecer en poco tiempo a cambio de un porcentaje de participación en la misma. Hay firmas especializadas en hacer este tipo de inversiones a nombre de los inversores.
Se denominan capitales de riesgo porque si la empresa no tiene éxito, el inversor puede perder su dinero. Por esto, se suele invertir en varias empresas a fin de garantizar la rentabilidad de alguna de las inversiones realizadas.
El mismo consiste en el cobro anticipado de las facturas a los clientes, mediante la aportación que hacen inversores u otras empresas. Este tipo de financiación funciona mediante una plataforma online donde se encuentra la empresa que cede las facturas, el deudor y los inversores.
Por lo general, este tipo de financiación suele contar con un seguro de crédito para cubrir el riesgo de que los deudores no paguen las facturas. La plataforma se encarga de gestionar la inversión para la empresa solicitante y devolver a los inversores el importe que realizaron cuando la empresa deudora paga la factura.