5 razones por las que echamos de menos IRC

Hace algunos años se cumplieron treinta años del nacimiento del IRC, uno de los primeros sistemas de chat que muchas personas recuerdan con cariño y nostalgia; para algunos, incluso, significó su primer acercamiento al mundo del internet. Este es un sistema de comunicación extremadamente sencillo, que se basaba únicamente en texto y sin ninguna de las opciones avanzadas que tenemos hoy en día en diferentes aplicaciones.

No obstante, pese a todas las limitantes, contaba con un encanto particular que muchas de las opciones actuales intentan emular pero que realmente ninguna ha podido hacerlo. Esto hace que una gran cantidad de personas sientan nostalgia al volver la vista al pasado y rememorar aquellos tiempos.

Sin embargo, el IRC no ha desaparecido en absoluto. La realidad es que se sigue utilizando en diferentes ámbitos, aunque ya no es tan popular como en sus primeros días. En el siguiente texto te hablaremos de cinco razones por las que echamos de menos IRC. Si quieres más información, te recomendamos este artículo de TheLuxonomist.es.

Comunicación rápida y sencilla

Si hay algo por lo que el IRC se caracterizó fue por su sencillez y velocidad con la que funcionaba. En la actualidad, cualquier aplicación de comunicación necesita diferentes y complejas opciones y complementos, de modo que para utilizarlo nuestro computador debe tener algunos componentes básicos.

Con el IRC no era de esta manera. De hecho, funcionaba sin problemas en cualquier clase de ordenador. Dependiendo de los scrips que utilizaras podías darle cierta apariencia a la aplicación base. Pese a su facilidad de uso, era normal que sufriera cierta cantidad de lag pero esto dependía más de la calidad de la conexión que tuviéramos que del programa en sí.

No siempre necesitabas un registro

Con algunas de las redes de IRC como la IRC Terra no era necesario registrarse ni dar ninguna clase de datos para poder utilizarla. Lo único que tenías que hacer era escribir el nombre de usuario que prefirieras y ya estabas dentro. Esto te hacía ahorrar mucho tiempo, sobre todo cuando tenían que utilizarla por primera vez.

Otras redes IRC permitían que te registraras, pero utilizando un nombre de usuario, aunque para efectos mayores terminabas entrando sin ninguna clase de registro. Esto se hacía para que, si alguien entraba antes a la red y quería utilizar tu nombre, no pudiera hacerlo.

Los emojis dependían de tu imaginación

La realidad, hace algunos años, era muy distinta a la que ahora vivimos. Si en estos momentos podemos enviar textos, imágenes, documentos y hasta música, cuando iniciaron las comunicaciones virtuales la imaginación era nuestra mejor arma a la hora de convertir una conversación en algo dinámico.

IRC era capaz, tan solo, de traducir algunos códigos que generaban colores, nada de emoticones ni emojis, nada de la gran variedad de lo que ahora encontramos. No obstante, esto no impedía a las personas que compartirán dibujos. Esto se podía hacer gracias al código ASCII que necesitaba varias líneas de texto para funcionar y que, si alguien te escribía mientras tú estabas escribiendo, debías empezar de nuevo.

Esto no le quitaba la diversión, al contrario, le daba más capaz de emoción a las conversaciones y podía ser un modo de diversión. De la misma manera, no podían enviarse audios por lo que si necesitabas enviar una gran cantidad de información era necesario que escribieras y escribieras y escribieras.

Ser pionero en las comunicaciones

En aquella época el chatear con alguien no era una actividad normal como lo es ahora. Esto hacía que muchos te miraran de manera extraña cuando decían que hablabas con otra persona en la red. Lo que te convertía en un pionero de las comunicaciones digitales. Incluso se creaban ambientes donde las personas que utilizaban la aplicación se conocían e interactúan entre sí.

Mucha más transparencia

Lamentablemente algo que se ha perdido con tantas capas de personalización y aditamentos para las conversaciones es la transparencia. En los primeros tiempos, cuando el IRC nos ayudaba a comunicarnos, y acaso por ser algo nuevo, las personas lograban mostrarse tal como eran, sin filtros, sin máscaras más allá de la virtualidad.

Realmente se creaban vínculos donde diferentes personas podían llegarse a conocer, crear amistades y generar todo tipo de movimiento. Eran tiempos más sencillos que hoy en día recordamos con nostalgia.