¿Tener un hogar domotizado significa renunciar a la intimidad?

La tecnología se encuentra en todos los aspectos de nuestra vida. Las personas, aunque no lo crean y no se fijen, llevan consigo uno de los aparatos más avanzados que ha creado el hombre: el celular. Esto es sinónimo de que la revolución tecnológica no ha hecho más que empezar. Hospitales, tiendas, centros de entretenimiento y demás lugares se sirven de estos aditamentos para mayor seguridad y mejor experiencia para el cliente. No obstante, la tecnología también ha migrado a los hogares. No es raro, hoy en día, ver casas cada vez más y más equipadas tecnológicamente. Esto quiere decir que, por una parte la tecnología comienza a rebajar sus precios y ya es posible acceder a ella sin tener que hacer grandes sacrificios; y por otra parte, que ahora no es extraño para nosotros convivir con la tecnología, incluso si esto, al parecer, vulnera un poco nuestra intimidad. Sin embargo, surge la pregunta ¿es realmente así? ¿tenemos que sacrificar los espacios íntimos por un poco más de comodidad tecnológica? En este texto intentaremos dilucidar aquello.

El término exacto para denominar los hogares tecnológicos es domótico. Una casa domótica, o una Smart home, es aquella que, en su mayoría, se sirve de la tecnología para dar mayor comodidad y seguridad a los habitantes de esta. Con este tipo de elementos podemos, a través de nuestro teléfono, monitorear distintos aspectos como la temperatura, la luz, los niveles de energía que se está utilizando, además de mantener en constante vigilancia a través de cámaras. Quizá te pueda interesar esta información diario16.com.

La ventaja de este tipo de casas es que nos permite tener un control total de los espacios que habitamos. Si eres de ese tipo de personas que por trabajo u otra eventualidad debe dejar su casa sola o al cuidado de otra persona, nada te dará más tranquilidad que poder ver y escuchar todo lo que pasa en ella. Pensar en seguridad y confort siempre es bueno, pero se debe entender que parte de todo esto viene de los implementos. Muchos de ellos se encuentran en la cocina. Es necesario que comprendamos que, si bien la inversión que realices dependerá de tus posibilidades, electrodomésticos con wifi y demás implementos para tu hogar no serán para nada económicos. Nuestra recomendación es que comiences con una buena conexión a internet para luego, poco a poco, conseguir los implementos que más quieras.

Esto con el fin de que tu economía no se vea muy afectada. Aunque en el mercado existen compañías prestas a ayudarte con todo lo relacionada a un hogar domótico, siempre puedes armarlo tú mismo, buscando información y haciendo de él un lugar mucho más personal. Eso sí, a lo primero que te recomendamos invertir es a un buen sistema de seguridad. Para nadie es un secreto que las eventualidades como robos o asaltos a los hogares puedes suceder. No es cuestión de ser alarmistas, es una realidad que no debemos obviar y para la cual, aunque sea poco probable, es mejor que nos preparemos. Existen muchos implementos para ello, desde cámaras, sistemas cerrados de televisión, alarmas etc.

Ahora bien, ¿sacrificamos nuestra privacidad en aras de una vida más confortable? Existe una amplia literatura sobre este tema. Los autores de ciencia ficción han especulado, desde hace más de cien años, sobre los posibles efectos colaterales de la tecnología. Muchos de ellos nos pintan un futuro postapocalíptico, donde no seremos dueños de nuestro futuro sino peones de amos cibernéticos. Esto, aunque sea una fantasía de la ficción, puede verse, en menor medida, en nuestro hogares inteligentes.

Cuando damos las riendas de nuestra comodidad, seguridad y cuidados a una máquina estamos perdiendo un poco de autonomía. Claro, por ahora nosotros nos encontramos en control de la situación y podemos desenchufar cuando queramos; el problema será que el paso del tiempo traerá consigo mejores y más avanzados aditamentos, lo cual puede hacer de nuestra experiencia de vida algo más placentero y por lo mismo reste autonomía a nuestra decisiones. Este debate moral, que nos debería hacer reflexionar, puede hacernos llegar a múltiples conclusiones, entre ellas que no es cuestión de alejarnos de la tecnología o tenerle miedo, nuestra naturaleza irá cambiando y debemos adaptarnos al nuevo entorno que se nos presenta. Quizá perdamos algunas cosas, pero el bien mayor puede ser una buena excusa para ello.